La Ley de la Correspondencia es uno de los siete principios del hermetismo, una filosofía antigua que se basa en las enseñanzas del Corpus Hermeticum, una serie de textos atribuidos a Hermes Trismegisto, un sabio legendario de la antigüedad.
Este principio postula que hay una correspondencia y una conexión entre los diferentes planos del universo, lo cual implica que lo que ocurre en un plano tiene su reflejo o equivalencia en otros planos.
En otras palabras, todo está interconectado y existe una armonía universal que rige el funcionamiento del cosmos.
La Ley de la Correspondencia tiene sus raíces en la antigüedad, en las enseñanzas del hermetismo y la alquimia.
La Ley de la Correspondencia también ha sido mencionada y estudiada en otras tradiciones filosóficas y espirituales de diferentes culturas alrededor del mundo. Por ejemplo, en la filosofía hindú, se encuentra la idea de que todo en el universo está interconectado a través de un principio llamado «Brahman», que sostiene que todo es una manifestación de la misma realidad última.
En la filosofía china, el concepto de «Tao» se refiere a la unidad y armonía del universo, y se cree que todo en el cosmos está interconectado y sigue patrones de correspondencia.
En la filosofía griega, el principio de la «Logos» sostiene que hay una estructura y un orden en el universo que se refleja en todas las cosas.
La ley de la correspondencia postula que hay una correspondencia y una conexión entre los diferentes planos del universo, lo cual implica que lo que ocurre en un plano tiene su reflejo o equivalencia en otros planos. Esto implica que el universo es un sistema interconectado y que todo está en constante influencia y relación con todo lo demás.
Según esta ley, todo lo que sucede en nuestro entorno es un reflejo de lo que está sucediendo en nuestro interior. En otras palabras, nuestra realidad externa es un reflejo de nuestra realidad interna. Si nuestros pensamientos, emociones y acciones son positivos, experimentaremos una realidad externa positiva, y viceversa.
Esta ley nos invita a asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, ya que lo que experimentamos en el exterior es el resultado de nuestros pensamientos y acciones previas. Nos indica que debemos ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones, ya que estos afectan nuestra realidad externa . Además, nos invita a reconocer que lo que vemos en el exterior, ya sea agradable o desagradable, es una manifestación de lo que llevamos dentro, y que podemos transformar nuestra realidad externa al trabajar en nosotros mismos internamente.
En resumen, la ley de la correspondencia sostiene que nuestra realidad externa es un reflejo de nuestra realidad interna, y nos invita a asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, emociones y acciones para crear una realidad externa más positiva.