La toma de Consciencia
El término salud mental se utiliza con frecuencia en múltiples contextos y entornos.
Aunque no existe una definición única y universalmente aceptada, una definición general de salud mental se refiere a la condición de una persona con respecto a su bienestar psicológico y emocional, con su capacidad de cómo se adapta a la sociedad y a la gestión natural del estrés ordinario de la vida diaria.
A pesar de que la salud mental de una persona puede tener altibajos, existen numerosas herramientas para mejorarla y sentirnos cada día mejor.
La salud mental por otra parte no significa la ausencia de padecimientos mentales, al igual que uno puede estar sano, cogerse una gripe unos días y luego volver al equilibrio, las personas pueden experimentar fases de desequilibrio mental por circunstancias como la experiencia de un despido, un divorcio o la muerte de un familiar cercano y luego, con el tiempo, superarlo. Cuando esto no se supera, existen grandes posibilidades de que surjan enfermedades mentales que surgen debido a disfunciones que permanentemente en el tiempo han afectado al cerebro y en consecuencia a la actividad natural de generar pensamientos, emociones y comportamientos equilibrados para vivir una vida plena en sociedad. Este es el caso de las fobias, los trastornos de ansiedad, las grandes depresiones que surgen de problemas no tratados adecuadamente de raíz.
Los trastornos mentales, son un grado mayor. Casos como el autismo o el síndrome de asperger son condiciones mentales que con frecuencia se relacionan con daños en la corteza cerebral, el hipocampo y la amígdala. Estos trastornos son conducibles a través de determinados tratamientos psicológicos y psiquiátricos que aunque no consiguen una completa restauración del daño palian los efectos que este ha generado en la persona.
En general todo el mundo experimenta problemas de salud mental en algún momento de su vida, y aunque ningún problema es el mismo, ser conscientes de que es necesario pedir ayuda en muchos casos es la clave del éxito.
Ciertos problemas pueden hacernos sentir fatal, y afectar negativamente a nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestros comportamientos. Sin embargo, independientemente de la naturaleza de los malos momentos, si somos conscientes de que es posible pedir ayuda, es importante saber que al igual que nos rompemos una pierna y no tardamos 1 mes en ir al hospital, cuando tenemos una rotura emocional importante, lo ideal es acudir lo antes posible a un especialista. Vivir la vida sin problemas no es real, sentirse alegre y feliz el 100 por ciento del tiempo no es posible, como tampoco lo es ser perfecto.
Somos humanos, imperfectos y llenos de opciones. Abrámonos a las posibilidades que nos da la vida y descubramos que aprendizaje hay detrás de cada episodio que vivimos. Pidamos ayuda antes que después y vivamos con respeto hacia todo y hacia todos.
Irina de la Flor