Es muy importante entender qué son las emociones a la hora de hacer Coaching.

Nuestro estado emocional y el de nuestro cliente van a ser clave para facilitar que nosotros hagamos bien nuestro trabajo como Coaches y para que nuestros clientes alcancen sus objetivos.

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan un modo de adaptación ante un estímulo externo sea éste un objeto, una persona, un lugar, un suceso, o un recuerdo importante.

Las emociones a menudo están relacionadas con el estado de ánimo de las personas, y por lo tanto con los hábitos y el carácter.

Las emociones se sitúan en la base de la pirámide de nuestros recursos mentales, si tenemos miedo no podemos pensar eficientemente, y si estamos eufóricos de alegría, tampoco. Las emociones dominan los procesos del neocortex por estar muy conectadas con los instintitos de supervivencia y de continuación de la especie.

Nuestro sistema emocional lo forman todas aquellas emociones que sentimos más a menudo, es decir son las que estamos programados a sentir inconscientemente.

El sistema emocional está formado por las emociones base: son las que sentimos día a día. Después las emociones medias: son las que sentimos a lo largo de un periodo más largo de tiempo, como una semana, y por último las emociones más superficiales , son las que sentimos una vez al mes o cada varios meses. Las emociones las podemos clasificar a su vez en equilibradas, que son las que la persona siente cuando está en completo equilibrio, y las desequilibradas por exceso o por defecto de actividad mental.

Es importante conocer nuestro sistema de emociones pues las emociones limitantes recurrentes actuarán como un obstáculo para obtener los mejores resultados y nos alejarán del equilibrio necesario para alcanzar los resultados más eficientes y  ser conscientes de que el control de lo que sentimos lo tenemos nosotros.

LA MADUREZ EMOCIONAL

La madurez emocional son a la comprensión, la sabiduría y el desarrollo emocional de una persona con independencia de su edad.

Alguien puede ser cronológicamente maduro, pero puede ser emocionalmente inmaduro o madura intelectualmente, pero emocionalmente inmaduro. Nuestra edad real (cronológica) no determina nuestra madurez emocional ni nuestra capacidad intelectual. La buena noticia es que tanto la madurez social como emocional puede desarrollarse desde la voluntad. Si nos comprendemos a nosotros mismos, seremos capaces de entender a los demás y de desarrollar relaciones positivas y satisfactorias con los demás.

Algunos de los síntomas de inmadurez emocional son: Explosiones, berrinches, incapacidad de tomar críticas, celos, incapacidad para perdonar, cambios de humor, dependencia inapropiada, ser fácilmente influenciable, juicios rápidos, miedo al cambio, necesidad de atención inmediata, impulsividad, incapacidad para controlar las finanzas, falta de habilidades sociales, egocentrismo.

Por otra parte las características de una persona con madurez emocional son: Habilidad para hacer la introspección y hacer frente a las realidades, aprender de las experiencias,  hacer frente a la frustración, saber dar y recibir amor, resolver los conflictos de manera amistosa, lidiar con el estrés.

¿CÓMO DESARROLLAR LA MADUREZ EMOCIONAL?

Como Coaches debemos saber que nuestros clientes van a vivir mejor con madurez emocional que con problemas emocionales por lo tanto en cuanto veamos algunos de los síntomas de inmadurez emocional en nuestros clientes debemos hacerles conscientes de esa situación e intentar trabajar en ello.

Para desarrollar la  madurez emocional podemos:

  1. Hacer un ejercicio de introspección a través de una evaluación de nuestro sistema emocional.
  2. Afrontar la realidad – reconocer nuestros defectos y problemas.
  3. Cambiar los comportamientos que no le sirven ni a usted ni a los demás.
  4. Comportarse de forma generosa, compasiva y altruista, no controlar a los demás. *Tratar de resolver las diferencias amistosamente y no ser exigente.
  5. Socializar sólo con personas que sacan lo mejor de ti.
  6. Abrazar nuestra verdad.
  7. Buscar el sentido de la vida.

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